lunes, 27 de junio de 2016

Curioso Caracol


Sandra y Andrea jugaban en la Fuente de un viejo parque cuando Andrea vio una pequeña piedra que se movía. Sandra se acercó a ver y le dijo a Andrea que eso no era una piedra sino que era un caracol. Andrea preguntó que por qué el caracol llevaba una piedra tan pesada en la espalda y Sandra le dijo que aquello no era una piedra, sino que era una concha y que esa concha era su casa. Andrea preguntó por qué el caracol llevaba cargando su casa. Pensó que acaso sería más fácil que la dejara en algún lugar y anduviera por la vida más ligero, pero Sandra le dijo que era mucho mejor así porque entonces el caracol podría vivir en cualquier lugar que él quisiera. Hablando, hablando, Sandra y Andrea fueron siguiendo al caracol que ya había bajado de la orilla de la fuente y ahora se arrastraba despacito sobre la hierba. El caracol se acercó a una hermosa flor y arrastrándose despacito, trepó por el tallo y llegó hasta los pétalos. Estando en la cima de la flor, se encontró con otro caracol. Sandra y Andrea, observaron fascinadas cómo los caracoles se acercaban lentamente uno al otro, sacaban sus antenitas para observarse y luego se tocaban. Todo ocurría muy despacio, como en cámara lenta y ahí estaban Sandra y Andrea observándolo todo. Cuando llegó la tarde, Sandra y Andrea se despidieron de los caracoles y se fueron a su casa, pero Andrea había quedado tan impresionada con la historia del caracol que esa noche soñó que ella misma podía llevar su casita sobre la espalda y que viajaba por hermosos lugares en los que sin ningún problema podía quedarse por mucho tiempo porque siempre tenía donde vivir. Hizo muchos amigos nuevos, viajó por bosques y montañas y en la mañana, como siempre, se despertó. Después de desayunar le pidió a Sandra que la llevara al parque a ver a los caracoles pero cuando llegaron al parque a buscarlos dentro de la flor, se dieron cuenta que ellos ya habían viajado de nuevo buscando otro lugar en el cual vivir porque la flor estaba vacía.
Sandra y Andrea se pusieron tristes y decidieron regresar a casa. Cuando caminaban por la calle del parque, cuatro ojitos curiosos las observaban desde el tronco de un árbol. ¿Ves? Le dijo el caracol a su nueva amiga. -Te dije que regresarían.
© Nora Girón-Dolce

No hay comentarios:

Publicar un comentario