lunes, 27 de junio de 2016

Sinceridad



Claudia ha pasado mucho tiempo buscando a la sinceridad pero cada noche, reflexionando en su cama, siente que en su búsqueda algo se ha perdido porque no la encuentra, la busca y no la encuentra y siente sus manos y su corazón vacíos. A claudia le dijeron que encontraría la sinceridad, primero en ella misma y después en los demás. Quien sea que se lo haya dicho, estuvo equivocado. Claudia encontró su propia sinceridad y la abrazó con fuerza, la sintió tan suya y tan verdadera que pensó entonces que sería sencillo encontrarla en alguien más. Ahí empezó su búsqueda y su decepción. Ojalá y le hubiesen dicho la verdad, ojalá le hubiesen dicho que el tesoro que buscaba no lo encontraría necesariamente en los demás y ojalá le hubiesen dicho que sin buscarla, la encontraría en las pequeñas y simples cosas, así no se habría ido a la cama esta noche otra vez con las manos vacías. Mañana cuando amanezca, le diré a Claudia los simples y pequeños lugares en los que yo he encontrado la sinceridad sin siquiera haber tenido que buscarla: Le hablaré del canto de los pájaros, de la nobleza del pan, de la profundidad en los ojos de los perros, de la gota de agua que ha refrescado mi lengua, del aroma de las flores que lo entregan sin reserva, del viento que agita nuestros cabellos, de los seres marinos que regalan su belleza a quien los quiera observar, de la blanca espuma del mar y el canto de las olas, y de todas esas cosas y seres que se entregan por que si, porque está en ellos ser tal y como son, con toda la sinceridad de la que son capaces.
© Nora Girón-Dolce

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